Organiza: A.S.C.D. El Chalanín
Fecha: Sábadu 31 de Xunu
Collacios: Helios, Aroa, Oliver, Guillermo, Fifi, Frén Senior, Alicia, Tina, Nazaret, Ander, Alvaro, Florentino, Pili, Fini, Florentino, Celia, Jose Luis, Eloy, Angela, Josefa, Luisa, Luisa Maria, Agustín, Pepe, Pili, Chelo, Juan, Luis, M. Carmen, Jorge, Mª Del Carmen y Julio. (y quedaranos seguro alguien en el tinteru)
Cuadernu de Bitácora:
Amaneció una mañana fermosa donde las hubiere en el concejo
lavianés. Tras recorrer nuestra hermosa cuenca minera y efectuando las
pertientes paradas para incorporar a nuestro recorrido a otros participantes,
finalizamos en la Felguera nuestra última parada.
El viaje hasta el concejo de Villayón transcurrió sin mucha
novedad, algunas personas dormitaban, otras debatían sobre la situación actual
del país, otros sobre las experiencias en el extranjero. Existía en el minibús
un ambiente discendido y agradable. Avatares de nuestra hermosa climatología en
el momento que llegamos al pueblo de Oneta, un tremendo chaparrón se precipitó
sobre nuestras cabezas. Se tomó la decisión por consenso de beber algo caliente
y nos dirigimos al complejo hotelero Albeitas, en lo alto de una montaña y un
poco apartado del pueblo. Tras escalecer nuestros cuerpos, bajamos de nuevo a
Oneta y el grupo en ese momento se dividió en dos, aquellos que se quedaron
bajo cubierta y los audaces que desafiando a la lluvia emprendieron ruta para
poder contemplar una maravilla natural como es la cascada de Oneta. El conjunto
de las cuatro cascadas esta catalogado como Monumento Natural por su belleza,
fuerza y armonía. Con chubasqueros, ponchos y demás elementos protectores,
llegamos a la primera de nuestras fermosas cascadas, la idea inicial era
proseguir la ruta hasta las siguientes, pero como las condiciones
metereológicas eran adversas decidimos por consenso decidir de nuestro intento.
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Ya eran las tres de la tarde cuando, apretando el hambre, tomamos la decisión de ir a comer a Luarca. Gracias a las hábiles gestiones de uno de nuestros participantes, pudimos disfrutar de un menú del día en Luarca a unas horas, casi de cierre de cocina, abundante, copioso y regado con vino y casera. El paseo post-fartura, y las explicaciones de alguna de las zonas de Luarca, ver el museo del calamardo destruido, subir al cementerio para ver al insigne Severo Ochoa, hicieron que disfrutasemos de un momento agradable y placentero.
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Pero, aún había una carta guardada, el cabo Vidio. Ya en ruta hacia el corazón de Asturias, realizamos una parada en este hermoso cabo. Es en ese momento donde te das cuenta de la insignificancia del ser humano, ante las maravillas naturales y sobre todo ante la grandeza de la Tierra. Una vez que resides en diferentes países lejanos y luego regresas, compruebas que hay una sinergia especial que te atrae a estos confines que te vieron nacer.
“ Nun ye morriña, ye lo que ye”
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